Mas allá de la discusión sobre las causas humanas o no del cambio en el clima, lo cierto que este cambio está ocurriendo pues lo podemos ver, y en algunos casos vivir en carne propia, las consecuencias humanitarias y financieras de los eventos climáticos extremos como inundaciones récords, incendios devastadores, olas de calor extremo, etc.
Entre las actividades humanas que normalmente se mencionan como las más afectadas de manera directa por las manifestaciones del cambio del clima (agricultura, pesca, etc.) no suele mencionarse a la industria del seguro, pero en rigor y de manera indirecta en realidad lo es pues se ve afectada tanto por el lado de los siniestros asegurados como la eventual colocación de su liquidez en activos que potencialmente expuestos a riesgos climáticos.
Si este presente se exhibe complicado no lo es menos el futuro que predicen los modelos de riesgo climático con escenarios de fenómenos climáticos más frecuentes y severos, lo cual produce lo que se denomina “rezago o gap de cobertura” de la industria aseguradora tanto en el diseño de nuevos productos como en el cálculo de primas para cubrir estos eventos, que sean aceptados por la demanda y eviten los quebrantos de las compañías.
Ante esta situación de la industria a nivel internacional algunas compañías han decidido ir a lo que consideran la raíz del problema que sería la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) a través de un proceso de mitigación y adaptación al cambio del clima.
Dentro de las iniciativas de mitigación se desarrollan productos que aceleran el camino hacia la “emisión neta cero” de GEI, por ejemplo asegurando la construcción de parques eólicos y solares, la provisión de cobertura para vehículos eléctricos con primas más bajas, etc. Desde el punto de vista del uso de los fondos líquidos los mismos se están canalizando a la compra de bonos verdes y trasladando fondos desde el financiamiento de construcciones tradicionales hacia la de edificios ecológicos certificados.
Por otra parte en materia de adaptación al cambio climático las compañías, sobre todo aquellas signatarias de los Principios de Seguros Sostenible de UNEP FI, con la capacidad y el conocimiento que les da su rol de gestores de riesgo colaboran con gobiernos, reguladores, instituciones financieras, empresas y otras instituciones a prevenir y adaptarse a los impactos físicos del cambio climático, identificando y cuantificando sus vulnerabilidades y permitiendo una cobertura de riesgo más precisa y a menor precio.