En los años 2007 y 2008 el Banco Europeo de Inversiones y el Banco Mundial respectivamente emitieron los primeros bonos temáticos vinculados con el clima por un valor total de unos 1.000 millones de dólares. A posteriori y de manera creciente comenzaron a emitirse los denominados bonos temáticos (incluyendo sociales, sustentables, vinculados a la sostenibilidad, etc.)

Así entre los años 2019 y 2023 las emisiones globales habrían alcanzado un monto acumulado por unos 3.300 miles de millones de dólares y alrededor un 60% de dicho monto corresponde a bonos verdes o vinculados con el clima y el medio ambiente en general, mientras que el 40% porcentaje restante se repartiría en proporciones similares entre bonos sociales y sustentables.

Mientras tanto, durante el mismo lapso, en Argentina se emitieron tan solo 1,3 miles de millones es decir tan solo 0,4% del total mundial, cuando el producto interno bruto de Argentina equivale más o menos al 0,65% del producto interno bruto mundial, mientras que ocupa el 2,8% del territorio total de la Tierra, lo cual pareciera mostrar a simple vista la existencia de un marcado retraso de las finanzas sostenibles en el país respecto al total mundial.

Circunscribiendo la comparación a America Latina y el Caribe, de acuerdo con la Comisión Económica para America Latina y el Caribe, en el mismo período este subcontinente emitió más de 150.000 millones, siendo Brasil, México y Chile los principales emisores, y este último entre 2019 y 2023 emitió más 30.000 millones comparado con Argentina donde la emisión fue poco más de 1.300 millones.

Las razones de ese retraso relativo de Argentina en materia de emisiones de bonos sostenibles parecen ser las mismas que las que se aplican a la falta de emisión del resto de títulos de deuda por parte del país en los últimos años. Los desequilibrios macroeconómicos de los últimos años que incluyen un default en el año 2002, y tres reestructuraciones de deuda (en 2005, 2010 y 2020), generaron una total falta de ánimo de comprar deuda argentina por parte de inversores internacionales.

Una segunda razón, tal vez derivada de la primera, por la falta de apetito por nuestra deuda, es que recién en noviembre de 2023 el Ministerio de Economía emitió la Resolución N° 1643/2023 mediante la cual se aprobó el Marco de Financiamiento Soberano Sostenible para la emisión de bonos o la solicitud de préstamos verdes, sociales y/o sostenibles, tanto en mercados locales como internacionales y simultáneamente el Estado Nacional emitió un par de bonos soberanos, de categoría soberana en AR$ por equivalente a unos USD 180 millones, lo cual contrasta claramente con los Estados de Brasil, Chile y México donde la mayoría de los bonos sostenibles son soberanos y se vienen emitiendo desde hace más de 5 años.

Sin embargo, este panorama que luce muy desalentador para las finanzas sostenibles en Argentina representa una gran oportunidad y podría revertirse claramente pues existe una gran demanda diferida de fondos para financiar proyectos ambientales y sociales en el país, el único requisito pero no por ello menos importante, es que la situación económica argentina mejore y los inversores vuelvan a confiar en el país abriendo una gran oportunidad para desarrollar el financiamiento sostenible en el marco de una reinserción en el mundo desarrollado.

 

Gustavo Kippes