En este breve artículo Gustavo Kippes analiza el enfoque de finanzas sostenibles sobre la industria de seguros.
La actividad aseguradora en Argentina: “lo urgente desplaza a lo importante”
Desde los primeros años del siglo XXI, y con el explosivo crecimiento de la disponibilidad de información que ahora llega hasta las clases sociales más bajas y a los rincones más remotos de la Tierra, se ha disparado una demanda de la población de mejores prácticas y transparencia para las empresas en materia ambiental, social y de gobernanza (factores ESG, por sus siglas en inglés). Las empresas ahora deben prestar atención a estos factores de riesgo para no sufrir diferentes sanciones por parte de distintas partes interesadas, tales como pérdidas de prestigio, imposibilidad de llegar a nuevos mercados de bienes y servicios o enfrentar costos de capital crecientes.
Para la industria aseguradora, cuyo negocio es administrar riesgos, esto representa una oportunidad pues significa un aumento significativo de la demanda de nuevos productos, y un desafío pues no solo debe cuidar los aspectos ambientales, sociales y de gobernanza por su propia actividad sino además por los de aquellos activos en los cuales invierte su liquidez.
Por este motivo, y a los efectos de acotar estos nuevos riesgos, la industria del seguro ha sido líder y participante en todas las iniciativas internacionales en finanzas sostenibles en general y muy especialmente a las referidas a la adaptación y mitigación de las consecuencias del cambio climático.
Las principales compañías aseguradoras y de reaseguros internacionales fueron las primeras en participar en la iniciativa de finanzas sostenibles UNEP - FI de las Naciones Unidas y actualmente son más de 150 compañías de todo el mundo que son miembros de dicha iniciativa y se comprometen a respetar “Los Principios de Seguros Sostenibles (PSI) y “Los Principios de Inversión Responsable (PRI)”. Además adhieren a la Alianza de Propietarios de Activos de Emisión Neta Cero y a las premisas para la transparencia de sus actividades de Task Force on Climate-related Financial Disclosure (TCFD).
Dentro de la gama de riesgos ESG que la industria del seguro debe enfrentar los más importantes son los derivados de los impactos adversos de acciones humanas sobre el medio ambiente y aquellos que provienen de eventos meteorológicos extremos e imprevisibles.
El impacto adverso de acciones humanas sobre el medio ambiente es más fácil de administrar pues casi siempre se derivan de falta de previsión, irresponsabilidad o incumplimiento normativo de aquellos que los provocan, y para mitigarlos o limitarlos es necesario revisar las metodologías de seguridad y prevención y sobre todo la gobernanza en materia normativa de los asegurados o de las inversiones.
El gran desafío de la industria reside en enfrentar con éxito los riesgos provenientes de los eventos climáticos extremos debido a las fantásticas dimensiones financieras que pueden adquirir y ya que por su variabilidad es prácticamente imposible evitarlos y/o mitigarlos, incuso a veces ni siquiera pueden ser transferidos justamente por las dimensiones de las pérdidas que suelen provocar.
En síntesis, los participantes más importantes del mercado internacional de la industria aseguradora se encuentran tratando de aprovechar el potencial del negocio de cobertura de riesgo ESG y simultáneamente cubrirse adecuadamente para que esta participación no los lleve a la quiebra.
En Argentina mientras tanto, salvo las subsidiarias de compañías internacionales, el tema tiene un bajo nivel de conocimiento, como lo demuestra una reciente encuesta realizada entre 110 compañías de seguros del mercado argentino por la Comisión Nacional de Valores[1], según la cual más del 80% de los encuestados no tiene un proceso de identificación de riesgos ESG, tampoco ha incorporado el cambio climático en su estrategia de negocio ni en la gestión de sus inversiones, ni conoce la práctica de elaboración de Reportes de Sustentabilidad, etc., etc.
Obviamente no es que las compañías de aquí carezcan de visión comercial o de conocimiento de lo que ocurre en el mundo, simplemente que aquí “lo urgente desplaza lo importante” y ante la crisis económica y política que viene ocurriendo en nuestro país en los últimos 20/25 años y el aumento de la siniestralidad, el difícil acceso a las divisas para los pagos a los reaseguradores en el exterior, el cambio en las reglas impositivas, la inflación, etc. la atención está puesta en la subsistencia del día y día, soslayando lógicamente las practicas ESG a un segundo o tercer lugar de prioridades.
Aún así, como ocurre siempre las crisis pasan y probablemente hoy sea el momento de ir preparándose para enfrentar los nuevos desafíos que la demanda impone.
[1] Consultar en el sitio web de la Comisión Nacional de Valores (CNV): https://www.argentina.gob.ar/noticias/presentaron-la-estrategia-nacional-en-finanzas-sostenibles-encuesta-y-desafios-futuros